jueves, 22 de noviembre de 2007

Nietzsche: Así habló Zaratustra (volviendo a mirar en el pozo)


Escrito entre los años 1883 y 1885 este libro "para todos y para nadie" escrito por Friedrich Nietzsche sigue siendo, como muy bien decía el propio Nietzsche, un pozo del cual siempre se recogen tesoros...

En las cuatro partes de las que se compone el libro, encontramos las reflexiones del moralista persa Zaratustra, el personaje histórico -y aquí ficción-, creador de la moral. El libro, escrito en un estilo entre lo filosófico y lo poético, es un compendio de reflexiones, muchas de ellas en forma de metáforas -construidas a partir de la riqueza del idioma alemán, presto a la creación de nuevos conceptos y palabras en su vocabulario- y de símbolos. Reflexiones que suponen una ruptura total con la metafísica filosófica tradicional (Platón), con el positivismo lógico de Comte, con el marximo, con el utilitarismo, con el idealismo trascendental kantiano, con la dialéctica hegeliana, etc.

"Así habló Zarathustra" es principalmente un itinerario filosófico y vital que comienza con la bajada de la montaña de Zaratustra para ofrecer, como sol que se encuentra en su sobre abundacia, la buena nueva de su pensamiento. Un pensamiento creado en las alturas y en la forja del rayo "el rayo debe trabajar para mí" dirá en uno de los capítulos Zaratustra. Y en parte parece que "rayos" como Goethe, Stendhal, Dostoievski, Shakespeare, Epicuro, Maupassant, tuvieron algo que ver...

Zaratustra piensa que la historia humana es la historia de un error: "como el acabó convirtiéndose en una fábula", nos dice el propio Nietzsche en uno de sus escritos, es decir, como La Razón, para Nietzsche, pretende explicar Todo y pretende hacerlo en términos exclusivamente desde su razón, ignorando a la propia naturaleza y a los instintos del hombre, convirtiéndose, por tanto, en un pensamiento en contra de la naturaleza pues el hombre ha dejado de lado sus instintos y su intuición.

Zarathustra será el primero en constatar el nihilismo -, creencia en la más absoluta nada, en ningún ideal trascendente- de una sociedad a cuyos hombres ya nada les importa- ausencia de valores- porque todo es lo mismo para éstos, en el fondo, "todo es vanidad" -como dice el cristianismo...- tras la anunciada muerte de Dios por Zarathustra y por el propio hombre que "tenía que matarlo -a Dios- porque lo veía todo..." dirá uno de los personajes de la obra, el último hombre.

Frente a éste pesimismo vital, Nietzsche y su hijo Zarathustra, abogan por el amor fati a la vida incluso a lo más terrible y doloroso de la existencia, pues en el fondo todo placer quiere su retorno -incluso el del dolor-, pues "¡yo te quiero Eternidad!" porque " así yo lo quise" que clama el superhombre por medio de su voluntad de poder .

Así pues Nietzsche, en boca de Zarathustra, nos introducirá en la sabiduría dionisíaca: una sabiduría misteriosa, exultante, heroica, vitalista, honesta, noble, una filosofía de altas alturas, -"cada vez son menos los que acceden a ésta cumbre"-y, a su vez, peligrosa, desafiante, guerrera, no apta para todos... como reza el subtítulo de la obra.

Tras su lectura, podría decirse que el mundo ya no se vé como se veía antes...

Finalizo esta breve exposición del pensamiento nietzscheano, expresando unas palabras enigmáticas del mismo Zarathustra:"¿aspiro yo a la felicidad?", ¡Yo aspiro a mi obra!". dice Zarathustra.

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